Causas del dolor de pies

¿SABÍAS QUÉ?
Por Equipo Farmalastic
Sentir dolor en las extremidades es muy molesto e incómodo, puesto que las utilizamos continuamente para todo y tener molestias (en especial, si son frecuentes) puede llegar a limitarnos de forma importante en nuestro día a día.

El dolor de pies, por ejemplo, es muy común en la población, sobre todo de mediana y tercera edad, aunque también puede presentarse en personas jóvenes. En este artículo analizaremos distintas afecciones de los pies, qué síntomas causan, por qué aparecen y qué acciones podemos poner en práctica para aliviar las molestias.

Un mismo síntoma, causas diversas

Distintas causas pueden provocar dolor de pies, si bien las molestias no siempre ese manifiestan con la misma intensidad ni en la misma zona: en algunos casos se localizan en la parte anterior del pie o el metatarso (en cuyo caso hablamos de metatarsalgia, mientras que en otras aparecen en el área posterior del pie o talón (talalgia) o bien en la zona central, donde está situado el arco plantar, más conocido comúnmente como «puente». El dolor también puede afectar a estructuras diversas, tanto a huesos, ligamentos, músculos, tendones y nervios. Seguidamente, examinaremos las distintas causas que pueden provocar dolor en el pie:

  • envejecimiento: con la edad, las articulaciones de esta extremidad experimentan una serie de cambios que pueden traducirse en dolor articular, rigidez, disminución de la movilidad, la estabilidad y el equilibrio y mayor tiempo de recuperación tras sufrir una lesión. Así, con el paso del tiempo es habitual que se produzca degeneración articular, pérdida de flexibilidad y problemas circulatorios
  • sobrepeso: el exceso de peso tiene consecuencias para distintas estructuras del cuerpo, desde la espalda, las rodillas y los pies. En consecuencia, el sobrepeso y la obesidad pueden agravar el dolor en las articulaciones de los pies y acentuar las patologías podales que tengamos
  • bipedestación prolongada (estar de pie durante muchas horas): las largas exposiciones de pie pueden sobrecargar la musculatura y otras estructuras. Si, además, llevamos zapatos de tacón podemos sentir dolor en el empeine del pie, en los huesos y en los dedos, ya que este tipo de calzado incrementa la presión en la zona delantera y puede favorecer el desarrollo de dedos en garra o en martillo y de dolencias circulatorias
  • uso de un calzado inadecuado: además de los problemas que pueden comportar los zapatos de tacón (especialmente, si son muy altos y los utilizamos con mucha frecuencia), el uso de un zapato demasiado estrecho o demasiado ancho también puede favorecer la aparición de callosidades y de ampollas 
  • práctica de actividad deportiva intensa: los aficionados a los deportes de impacto (como el pádel, el tenis o el baloncesto, por citar algunos ejemplos) son más propensos a desarrollar durezas plantares y sentir dolor en el antepié, sobre todo si practican la actividad física sobre una superficie dura y usan un calzado inadecuado o de mala calidad
  • traumatismos y lesiones: cuando los huesos, músculos, ligamentos, tendones u otras estructuras del pie se lesionan como consecuencia de la actividad y no por causas congénitas, provocan varios síntomas, entre los cuales dolor, inflamación e incapacidad para caminar
  • patologías: en otras ocasiones, un pie con dolor puede ser sinónimo de un pie con alguna afección, ya sea congénita o adquirida (desarrollada con el paso del tiempo). Varias patologías pueden afectar esta extremidad, tal como analizaremos a continuación con detenimiento.

Causas patológicas

Muy a menudo el dolor de pies no se debe a ninguna causa externa, sino que es provocado por alguna dolencia. Veamos cuáles son las principales dolencias que pueden afectar esta extremidad y causar varios síntomas divididas por grupos:

  • malformaciones o problemas podales (congénitos o adquiridos):
    • juanetes: es una de las dolencias de pie más habituales (afecta al 10 % de la población y al 43,8 % a partir de los 65 años) y consiste en la deformación de la curvatura natural del primer dedo debido a varias causas. Entre los síntomas que provoca cabe destacar dolor en el dedo gordo pie, hinchazón y  limitación del movimiento
    • dedos en martillo: deformidad de los dedos de los pies, que adquieren forma de garra o martillo porque las articulaciones de los dedos se encuentran extendidas o flexionados permanentemente de forma anormal
    • arcos caídos (pies planos)  o excesivamente altos (pies cavos): los pies con un arco plantar muy bajo o demasiado alto son otra causa habitual del dolor podal, ya que al tener un defecto o exceso de curvatura, sobrecargan ciertas zonas (antepié, parte interna o externa, etc.), generando tensión muscular, callosidades y dolor. Además, tener los pies planos o cavos provoca una mala pisada, lo que, a su vez, impide mantener una postura corporal correcta y puede generar tensión y dolor en los tobillos, las rodillas, las caderas y la espalda
    • fascitis plantar y/o espolón calcáneo: inflamación de la banda fibrosa de tejido elástico que conecta la parte delantera del pie con la trasera y provoca dolor en la zona central; si la fascitis plantar se cronifica puede desarrollar un espolón calcáneo, que es una protuberancia puntiaguda del hueso calcáneo hacia el interior del pie que causa dolor punzante y dificulta el apoyo normal del talón
    • callosidades y verrugas plantares: también llamadas queratosis, las callosidades son capas de piel engrosadas por la fricción del calzado sobre el pie o los dedos. Las verrugas plantares también son callosidades amarillentas con el centro oscurecido que pueden aparecer en uno o en los dos pies y en distintas zonas (en la planta, en los dedos, cerca de las uñas, etc.) a causa de una alteración producida por el virus del papiloma humano (HPV)
  • de origen tendinoso, ligamentoso y óseo: 
    • esguinces: lesión de los ligamentos del pie que unen dos o más huesos, que puede ir desde una leve distensión a una rotura total
    • tendinitis aquilea: inflamación del tendón de Aquiles, situado en la parte posterior e inferior de la pierna, que puede provocar dolor en el tobillo y en el pie
    • fracturas óseas: rotura de uno o más huesos del pie que causa un dolor agudo
  • de origen reumatoide: relacionadas con las articulaciones 
    • artritis:  inflamación de la membrana sinovial, que es un tejido firme y elástico que recubre el interior de las articulaciones y que reduce la fricción entre el cartílago y las otras estructuras del interior de la articulación
    • gota: formación de cristales de una sal del ácido úrico en las articulaciones y partes blandas de su alrededo
  • de origen nervioso: relacionadas con el sistema nervioso 
    • neuroma de Morton: patología neurológica que afecta a los nervios interdigitales de los pies y una de las principales causas de molestias en la parte anterior de esta extremidad o dolor en la planta del pie al pisar
    • diabetes: enfermedad que ocurre cuando el páncreas no secreta suficiente insulina (diabetes tipo 1) o cuando el organismo no utiliza la insulina que produce de manera eficaz (diabetes tipo 2). A menudo puede provocar daño nervioso en los pies, causando síntomas como hormigueo, calambres, dolor, pérdida de sensibilidad o pies cansados, entre otros
  • de origen circulatorio: relacionadas con el sistema nervioso

Medidas para aliviar el dolor de pies

Para intentar aliviar los síntomas y mejorar nuestra calidad de vida, podemos adoptar varias medidas, tales como:

  • usar plantillas: gracias a estos productos, podremos reducir la presión que sufren los pies a lo largo del día, sobre todo si durante la jornada laboral tenemos que estar de pie muchas horas o bien cargar peso. Las plantillas ayudan a absorber los impactos de forma eficaz, disminuyen la presión en los pies, proporcionan mayor estabilidad y soporte en el arco plantar y permiten una buena amortiguación en la zona central del pie y en el talón
  • usar productos específicos para aliviar las molestias de las patologías podales, como separadores digitales, anillos protectores, dediles y protectores tubulares, entre otros 
  • realizar ejercicios: si los practicamos regularmente nos ayudarán a aliviar la tensión y dolor y fortalecer la musculatura del pie
  • hacer duchas de contraste con agua fría y caliente y baños con agua templada y sal: la hidroterapia es muy beneficiosa para estimular una correcta circulación sanguínea y relajar la musculatura de los pies
  • hacer automasajes con cremas específicas: para aliviar la tensión y dolor en la planta del pie podemos realizar un suave masaje desde los dedos hasta el talón, utilizando los pulgares y nudillos y moviendo todas las articulaciones de esta extremidad
  • colocar los pies en alto: esta posición favorece la circulación y alivia el cansancio muscular. Podemos ayudarnos con un cojín, una almohada o la pared
  • utilizar un calzado cómodo: el tipo de calzado que usamos es básico para no desarrollar problemas podales, en especial si tenemos factores predisponentes (alteraciones morfológicas, sobrepeso, etc.). El calzado debe ser ancho y no comprimir los dedos, sujetar bien el pie y tener una buena suela que amortigüe correctamente los impactos contra el suelo
  • evitar permanecer mucho tiempo de pie: en la medida de lo posible, debemos alternar periodos de pie (bipedestación) con periodos sentados (sedestación) para no sobrecargar la espalda y los pies; si en tu trabajo debes estar en esta posición durante mucho tiempo, aprovecha los descansos para hacer movimientos circulares con los pies y tobillos y destensar la musculatura de las extremidades inferiores
  • andar descalzo sobre diferentes superficies: entre las numerosas ventajas que tiene caminar sin zapatos (en especial, sobre superficies blandas como césped o arena), cabe destacar que relaja la musculatura del pie al liberarlo de la presión del calzado y fortalece músculos y ligamentos
  • realizar un estudio biomecánico de la pisada: si el dolor de pies es agudo y limitante a pesar de poner en práctica las medidas anteriores, es muy recomendable realizar un estudio biomecánico de la pisada para analizar nuestra postura y forma de caminar y observar qué relación tiene con el dolor podal.

En resumen, en este artículo te hemos explicado cuáles son las principales causas del dolor podal y qué soluciones tenemos a nuestro abasto para aliviar las molestias que provocan. Ciertamente, tener continuamente dolor de pies es muy fastidioso y limitante, pero si ponemos atención al calzado que usamos, evitamos el sobrepeso y utilizamos plantillas y otros podológicos, disminuiremos la presión que sufren los pies y no veremos limitado nuestro día a día. ¡Que nada nos detenga!

Fuentes:

Dr. Andrés Delgado. El impacto del envejecimiento en la salud del pie y tobillo. Recuperado de https://www.drandresdelgado.com/noticias/93/el-impacto-del-envejecimiento-en-la-salud-del-pie-y-tobillo.html

Información y estudios internos de Farmalastic

Medline Plus. Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU. Dolor en el pie. Recuperado de https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003183.htm


*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.

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