En algún momento u otro de la vida es muy común experimentar dolor articular, sobre todo si tenemos una edad avanzada, solemos realizar movimientos repetitivos o posturas forzadas, o bien hemos sufrido una lesión. También hay personas que con los cambios de tiempo y el frío observan que les duelen más las manos, hay dolor articular en dedos, las rodillas o la espalda y lo achacan a la artrosis. Pero, ¿es lo mismo la artrosis que la artritis en el dolor articular?
En este artículo te explicaremos las causas del dolor en las articulaciones, qué podemos hacer para prevenirlo y qué soluciones tenemos a nuestro alcance para mitigar los síntomas.
Tabla de contenidos
Aclarando conceptos: dolor articular, artritis y artrosis
Empecemos definiendo algunos términos porque, aunque a menudo se usen indistintamente, dolor en las articulaciones, artritis y artrosis no son lo mismo:
- el dolor en las articulaciones es el dolor que se produce por varias causas, la más frecuente de las cuales es la degeneración del cartílago por la edad (artrosis)
- la artritis es una enfermedad que provoca dolor continuo, inflamación y enrojecimiento de las articulaciones, así como rigidez, deformidad y limitación de los movimientos. El dolor se presenta de forma constante, no mejora con el reposo y puede acompañarse de otros síntomas como cansancio, pérdida de peso o fiebre, entre otros
- la artrosis es la enfermedad reumatológica más frecuente (afecta al 10% de la población, especialmente a mujeres) y consiste en el desgaste que sufre el cartílago de las articulaciones con el paso del tiempo y el uso. Puede causar varios síntomas, como dolor, inflamación y rigidez, entre otros
Síntomas del dolor articular
Los síntomas empiezan gradualmente y progresan poco a poco. Al principio, las molestias aparecen mientras la articulación se mueve y desaparecen con el reposo, pero con el tiempo el dolor es más continuo. Habitualmente un paciente con artrosis experimentará los siguientes síntomas:
- dolor
- rigidez
- crepitación
- inflamación
- deformidad
- incapacidad funcional
- pérdida de estabilidad
Es importante diferenciar la artrosis de la artritis reumatoide porque, a pesar de que en ambas dolencias las articulaciones pueden estar inflamadas, en la artritis la inflamación es quién causa la enfermedad, mientras que en la artrosis son el desgaste y el envejecimiento los responsables de esta inflamación. Así, mientras la artritis puede afectar a personas jóvenes, la artrosis suele estar asociada a gente mayor. Otra diferencia entre ambas es que en la artrosis el dolor es de tipo mecánico, ya que se produce con el movimiento y mejora con el reposo. Sin embargo, un exceso de inactividad y falta de ejercicio puede provocar la atrofia de los músculos que rodean la articulación y agravar los síntomas, de modo que es necesario mantener un cierto grado de actividad diaria.
Causas del dolor en las articulaciones
El dolor articular puede aparecer por múltiples causas; a continuación las repasaremos:
- enfermedades orgánicas
- factores genéticos: en algunos casos, como en la artrosis de mano especialmente entre mujeres, existe una predisposición genética para desarrollarla
- obesidad: un peso excesivo sobrecarga las articulaciones (en especial, caderas y rodillas) y daña el cartílago articular
- sobreuso de la articulación (movimientos repetitivos o posturas forzadas, muy habitual en los deportistas de élite o en ciertos trabajadores que realizan movimientos que fuerzan la articulación repetidamente): el exceso de uso de la articulación durante la actividad laboral o deportiva produce el desarrollo de artrosis temprana o en lugares poco frecuentes. Así, es frecuente que los jugadores de balonmano desarrollen artrosis de hombro; los jugadores de futbol, artrosis de rodilla; los trabajadores de la construcción que usan martillos neumáticos, artrosis de codo; los labradores, artrosis de los nudillos de las manos; los músicos, peluqueros, personal de cocina y camareros, modistas, maestras de guardería, rizartrosis, etc.
- climatología: a día de hoy no existe una evidencia científica clara entre el dolor articular o artralgia y el tempo atmosférico, pero sí que parece que las bajas temperaturas pueden agravar los síntomas de ciertas enfermedades, como las reumáticas y, concretamente, aquellas que afectan a las articulaciones. También es probable que los cambios barométricos y el frío afecten a las terminaciones nerviosas sensitivas, intensificando la sensación de dolor articular
- lesiones locales (accidentes, golpes, etc.): cuando se producen fracturas, traumatismos o inflamaciones de cualquier tipo en una articulación, la recuperación nunca es completa del todo y el cartílago tiene más tendencia a sufrir nuevas alteraciones
- envejecimiento: el desgaste de la articulación producida por el uso durante años, junto con una menor capacidad de recuperación de los tejidos con el paso del tiempo, son el principal factor de dolor articular
- varios de estos factores combinados
Dolor articular por artrosis
Tal como acabamos de repasar en el listado anterior, la mayoría de lesiones articulares se producen por artrosis. Esta enfermedad está producida por la alteración del cartílago (uno de los tejidos que forman las articulaciones), hecho que provoca dolor y, en ocasiones, pérdida de movimiento. Las personas con artrosis a menudo refieren dolor en las extremidades superiores o inferiores, la espalda, las caderas, mialgia (dolores musculares) y sensación de cansancio.
Esta dolencia suele afectar en mayor o menor grado a la población de más de 55-60 años (especialmente, mujeres), aunque no todas las personas desarrollan síntomas. También hay quien atribuye erróneamente el dolor a la artrosis, pero en la mayoría de casos los síntomas no se deben directamente a esta patología, sino que tienen su origen en los problemas de los músculos, ligamentos y tendones que rodean las articulaciones.
A continuación podemos observar la evolución que sufre el cartílago articular en un proceso artrósico:
- etapa I: desgaste leve del cartílago (10% perdido). La zona superficial, que es la que contacta con el otro cartílago articular, se hincha y se hace más blanda, perdiendo su elasticidad
- etapa II: el cartílago empieza a descomponerse, la superficie se erosiona más y el espacio articular empieza a disminuir. La artrosis ya es claramente visible
- etapa III: la artrosis está en una fase avanzada. A medida que se va perdiendo cartílago, el hueso que está debajo reacciona y crece por los lados, de modo que la articulación se deforma a causa de los llamados osteofitos. Los fragmentos de cartílago que se han desprendido flotan libres en la cavidad articular, causando una inflamación de la membrana sinovial (membrana contenida dentro de la cápsula articular) y la producción de sustancias que destruyen la articulación. La membrana sinovial también se engrosa y produce un líquido sinovial menos viscoso y más abundante que lubrifica menos. Igualmente, las brechas del cartílago afectado se extienden hasta rozar el hueso y en algunos casos empieza una subluxación inicial (pérdida parcial de contacto de las superficies articulares), que puede ir acentuándose con el tiempo. A pesar del cuadro clínico, en esta fase el cartílago aún puede recuperarse y la enfermedad es potencialmente reversible
- etapa IV: artrosis muy severa. El cartílago prácticamente ha desaparecido, con un 60% de pérdida, y el espacio articular se ha reducido tanto que provoca que los extremos de los huesos rocen entre sí. En este fase también puede haberse producido una subluxación total
Tipos de artrosis según la articulación afectada
La artrosis generalmente afecta a las articulaciones de las extremidades superiores e inferiores y la espalda. En función de la articulación afectada, hablamos de:
- artrosis cervical o cervicoartrosis: sucede cuando las articulaciones de la parte alta de la espalda (columna cervical) sufren un deterioro. Afecta a un 10,10% de la población y es muy frecuente en personas mayores de 50 años, aunque no todas ellas presentan sintomatología
- artrosis lumbar o lumboartrosis: se produce cuando hay un desgaste del cartílago de las articulaciones de la columna lumbar. Afecta a un 15,52% de la población y es bastante frecuente entre trabajadores que realizan trabajos de fuerza con carga de peso y malas posturas con la parte baja de la espalda. Junto con las cervicalgias, el STC y los problemas circulatorios derivados de la bipedestación, se trata de una de las principales patologías derivadas de la actividad laboral.
- artrosis de mano: ocurre cuando se desgastan las articulaciones de esta extremidad. Suele causar dolor, rigidez, dificultad para mover los dedos y deformidad. Afecta a un 7,73% de la población y, aunque puede presentarse en ambos sexos, tiene más prevalencia en mujeres que en hombres; habitualmente se presenta entre los 40 y 50 años, aunque a veces empieza más tarde. Una variante de la artrosis de mano es la rizartrosis, que es la artrosis de la articulación trapecio-metacarpiana, situada en la base del dedo pulgar
- artrosis de rodilla o gonartrosis: es una de las principales lesiones de rodilla y afecta a un 13,83% de la población. Sucede cuando el cartílago que recubre la articulación de la rodilla se deteriora. Se traduce en dolor al caminar, estar de pie y practicar actividad física. Las personas con gonartrosis también pueden observar que tienen la rodilla inflamada y/o deformada y sentir dolor detrás de la rodilla o bien de forma generalizada. Es muy frecuente en personas mayores, aunque puede aparecer antes de los 50 años
- artrosis de cadera: sucede al dañarse el cartílago de la articulación de la cadera. Aunque no es tan frecuente como la artrosis de manos y rodillas (afecta a un 5,13% de la población), es un tipo de artrosis bastante limitante ya que puede dificultar seriamente el movimiento en los casos más severos
- artrosis del primer dedo del pie: ocurre cuando se produce un desgaste del cartílago del primer dedo del pie, hecho que a menudo implica la aparición de un hallux valgus (más conocido como juanete). Esta patología podal provoca una subluxación de la primera articulación del primer dedo del pie hacia el resto de dedos y una desviación hacia fuera de la articulación del primer metatarsiano (uno de los huesos del pie)
A veces también puede aparecer artrosis en otras articulaciones como los hombros, los codos o las muñecas, aunque es menos frecuente, aprende a cuidar tus articulaciones.
Tratamiento para el dolor en las articulaciones
Como la artrosis es una enfermedad degenerativa y no puede revertirse, el principal tratamiento para esta dolencia consiste en mejorar el dolor y la incapacidad funcional sin provocar efectos secundarios. En consecuencia, en primer lugar deberemos evitar lesionar aún más la articulación afectada (disminuyendo el sobrepeso, evitando movimientos repetitivos y posturas inadecuadas) y acudir al reumatólogo para que nos examine y nos asesore sobre la terapia más indicada para nuestro caso.
Entre las varias medidas para tratar una articulación artrósica, puede que el profesional sanitario nos recomiende seguir una pauta farmacológica y aplicar termoterapia en caso de dolor agudo, realizar un tratamiento de fisioterapia que nos permita aumentar la fuerza muscular y reducir la carga de la articulación afectada y, sobre todo, mantenernos activos —dentro de nuestras posibilidades— para evitar la atrofia de la articulación y los problemas derivados de esta. En los casos más severos, en los que la artrosis limita seriamente la calidad de vida del paciente y el dolor es muy agudo, el reumatólogo evaluará la conveniencia de la cirugía.
A modo de conclusión, en este artículo hemos repasado qué es el dolor articular y lo hemos distinguido de la artritis. El primero es el dolor que se produce en las articulaciones por varias causas, la más frecuente de las cuales es la degeneración del cartílago por la edad (artrosis) y, por ello, suele afectar a gente mayor. La artritis, en cambio, es una enfermedad que provoca dolor continuo, inflamación y enrojecimiento de las articulaciones, así como rigidez, deformidad y limitación de los movimientos, y puede afectar también puede a gente joven.
Entre las causas por las cuales se produce el dolor en las articulaciones, debemos señalar las enfermedades orgánicas, los factores genéticos, la obesidad, el sobreuso de la articulación (ya sea por la actividad laboral o deportiva), la climatología, las lesiones locales, el envejecimiento o varios de estos factores combinados. En función de la zona del cuerpo donde se desarrolle, la artrosis recibe un nombre u otro y los tipos más frecuentes son la artrosis de rodilla o gonartrosis, la artrosis del dedo pulgar o rizartrosis, la artrosis lumbar o lumboartrosis y la artrosis cervical o cervicoartrosis.
Como se trata de una enfermedad degenerativa que no puede revertirse, el tratamiento está orientado a mejorar el dolor y la incapacidad funcional con la adopción de varias medidas (fisioterapia, ejercicio diario, aplicación de frío/calor, etc).
Fuentes:
Dres. Olivetto. Artrosis de rodilla. Recuperado de https://www.drolivetto.com/news/patologia-rofilla-2/artrosis-de-rodilla-7
Fundación Española de Reumatología. Artrosis: qué es, síntomas, diagnóstico y tratamiento. Recuperado de https://inforeuma.com/enfermedades-reumaticas/artrosis/
*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.
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