Si eres aficionado a los deportes, seguramente hayas visto más de una vez que los tenistas, futbolistas y otros atletas que han sufrido una sobrecarga o lesión se aplican bolsas de hielo a rodillas, piernas u otras zonas del cuerpo para reducir el dolor y proseguir con la actividad física.
¿Pero la crioterapia es realmente efectiva o también tiene contraindicaciones? Lo cierto es que si no se aplica con precaución puede comportar algunos riesgos, pero de hacerlo correctamente, es muy beneficiosa para el organismo dado su efecto analgésico y antiinflamatorio, entre otros. En este artículo te contaremos en detalle qué es la crioterapia, por qué es una herramienta fundamental para tratar lesiones (especialmente, agudas) y las distintas formas de aplicación que existen, así como cuándo está indicado el frío o el calor y qué precauciones debes tener para aplicarlos de forma adecuada.
Tabla de contenidos
¿Qué es la crioterapia y para qué sirve?
También llamada frioterapia, la crioterapia es la aplicación de frío para tratar lesiones agudas, sobrecargas y traumatismos, entre otros. Como la termoterapia (aplicación de calor), se trata de un tratamiento muy antiguo, efectivo y muy sencillo de emplear tanto por terapeutas como pacientes.
La crioterapia se utiliza en diversas formas, desde el uso de compresas frías hasta la inmersión en baños de hielo o la aplicación de gas frío. Este tratamiento es común para reducir la inflamación, disminuir el dolor y acelerar la recuperación tras lesiones deportivas o cirugías. Al aplicar frío, se contraen los vasos sanguíneos, lo que reduce la circulación en la zona afectada y, por tanto, minimiza la hinchazón y el daño celular. En el ámbito deportivo, es habitual ver a los atletas sumergirse en baños de hielo tras entrenamientos intensos para favorecer la recuperación muscular.
Además de su uso en sobrecargas musculares y lesiones musculoesqueléticas, la crioterapia se emplea para tratar una variedad de problemas dermatológicos. Se utiliza en dermatología para eliminar verrugas, queratosis actínicas y algunas lesiones precancerosas. Mediante la congelación controlada de las células afectadas, se destruye el tejido no deseado, promoviendo la regeneración de piel sana. Este procedimiento es rápido, generalmente indoloro y minimiza el riesgo de cicatrices.
Beneficios de la crioterapia o terapia de frío
Los beneficios de la crioterapia para el cuerpo son numerosos, ya que provoca los siguientes efectos:
- vasomotor: la crioterapia produce vasoconstricción (es decir, constricción de los vasos sanguíneos). Esto permite que, en caso de lesión con sangrado, podamos detener la hemorragia si aplicamos frío en los diez primeros minutos
- analgésico: la aplicación de frío permite disminuir la sensación de dolor porque el hielo enfría las raíces nerviosas de las células, que son las encargadas de mandar las señales dolorosas a la médula espinal y al cerebro. Al aplicar frío, las raíces nerviosas conducen más lentamente estos impulsos dolorosos y esto se traduce en menos dolor
- antiinflamatorio: la frioterapia reduce los procesos inflamatorios, hecho que contribuye a disminuir el dolor
- neuromotor: el frío reduce el espasmo muscular que siempre se produce entorno a una inflamación, hecho que rompe el binomio espasmo muscular/dolor
- metabólico: la crioterapia ralentiza el metabolismo y la muerte isquémica secundaria, concepto médico que seguidamente explicaremos. Cuando nos lesionamos (esguince, rotura, etc.), las células y tejidos circundantes se dañan y se produce una disminución del riego sanguíneo (isquemia), hecho que puede llevar a una muerte celular violenta (necrosis) y a que la lesión se expanda. Si aplicamos hielo en seguida, podemos evitar que ciertas células cercanas a la zona dañada se necrosen (mueran) del todo a pesar de tener isquemia y sobrevivan a la lesión, limitando así el área afectada
Formas de aplicación del frío
Existen varias formas de aplicar la crioterapia que a continuación examinaremos:
- uso directo de hielo (criomasaje): si bien la aplicación directa del hielo está casi siempre desaconsejada por el riesgo de quemadura que comporta, en ciertos casos, como en las lesiones de pequeñas dimensiones (traumatismos, lesiones ligamentosas, etc.) y superficiales podemos aplicarnos un cubito de hielo de forma directa moviéndolo constantemente; con este masaje drenante, reduciremos el dolor y la hinchazón y estimularemos la correcta circulación sanguínea y linfática. Debemos aplicar el cubito de hielo entre 5 y 15 minutos como máximo y agarrarlo con un trapo o pañuelo para no quemarnos la piel
- bolsa de hielo: indicado en caso de zonas más amplias. Dentro de la bolsa podemos poner hielo picado o agua con alcohol (en una proporción de dos partes de agua por cada una de alcohol), que deberemos aplicar entre 15 y 30 minutos. Si no tenemos bolsas de gel para congelar, podemos usar guisantes como bolsa de gel frío, ya que se adaptan muy bien al cuerpo
- baño de agua con hielos: útil en caso de lesiones de manos y pies. Hay que introducir la extremidad en un barreño con agua entre 2 y 10 grados durante 5 – 15 minutos. Es una forma de enfriar la extremidad muy rápida y beneficiosa, pero también bastante dolorosa ya que el frío es muy intenso; para habituarnos al agua helada y conseguir anestesiar la zona, se recomienda hacer baños cortos (de 1 minuto aprox.) para ir alargándolos progresivamente. Una vez que hayamos conseguido superar las molestias que provoca inicialmente el frío intenso, observaremos que sentimos menos dolor en la zona lesionada
- packs de frío o calor: como la bolsa de hielo, estos packs están indicados para reducir la inflamación y el dolor en caso de zonas amplias. Deben aplicarse entre 10 y 20 minutos como máximo
- método RICE: en caso de fracturas, dolor muscular o inflamación, podemos seguir el método RICE, que consiste en hacer Reposo (Rest), aplicar Hielo (Ice), comprimir la zona (Compression) y elevarla (Elevation)
Riesgos de la crioterapia
Aunque los beneficios de la crioterapia son múltiples, siempre debe aplicarse con precaución. Si, por el contrario, el hielo no se aplica correctamente envuelto en un paño o pañuelo, puede comportar los siguientes problemas:
- quemaduras: el contacto directo y prolongado del hielo con la piel puede provocar abrasarla
- inhibición muscular: la acción del hielo durante un largo periodo de tiempo comporta la sedación de los receptores musculares del tono, es decir, que la musculatura se adormezca. Esto puede ser peligroso si después de aplicar crioterapia queremos hacer ejercicios o movilizaciones ya que la musculatura podría no responder adecuadamente y podríamos lesionarnos
- riesgos cardiovasculares: si sufrimos dolencias cardiacas, la enfermedad arterial periférica u otros problemas cardiovasculares, debemos ir con mucho cuidado ya que el riesgo de quemaduras será mayor
¿Cuándo aplicar frío o calor en caso de lesión?
La crioterapia (aplicación de frío) o termoterapia (aplicación de calor) resultan beneficiosas para el organismo, siempre que sigamos el tratamiento adecuado según el tipo de lesión que tengamos y que apliquemos el frío/calor con un pañuelo para evitar riesgos. A continuación, resumimos en forma de cuadro comparativo cuando están indicados uno y otro:
CRIOTERAPIA (aplicación de frío) | TERMOTERAPIA (aplicación de calor) | |
Cuándo aplicarla | Siempre que no se superen las 72 horas tras la lesión. En caso de lesiones agudas, | a la lesión y siempre que no se tenga una herida abierta o una lesión aguda |
En qué tipo de lesiones |
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Cuánto tiempo | 20 minutos cada dos horas | 20 minutos cada dos horas |
Cómo aplicarla | bolsas de hielo, pack de frío o calor (almacenado en el congelador), baños en agua fría o aplicación de hielo directa, según el caso | bolsas de agua caliente o pack de frío (congelador) o calor (calentado al baño María o en el microondas) |
¿En qué otros casos está indicado aplicarnos frío?
Además de los beneficios que la crioterapia tiene para tratar lesiones, el frío también está indicado en caso de sufrir problemas vasculares (concretamente, Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) y Trombosis Venosa Profunda (TVP), ya que las técnicas hidroterápicas o tratamientos con agua favorecen la vasoconstricción (constricción de los vasos sanguíneos) y tienen un efecto drenante muy positivo para la circulación. Por ello, es muy recomendable aliviar las molestias de estas patologías vasculares con agua fría y realizar masajes para estimular la circulación sanguínea con geles fríos hipervincular con el producto correspondiente.
Sin embargo, hay que ir con cuidado con el frío ya que no siempre es tan beneficioso. Concretamente, un exceso de aire acondicionado en verano puede ser perjudicial para el cuerpo, puesto que si lo exponemos a una temperatura demasiado baja de forma directa y continuada, puede ocasionarnos resfriados, tortícolis, contracturas en la espalda y dolor articular.
Resumiendo, en este extenso artículo te hemos explicado en qué consisten la termoterapia y la crioterapia, sus beneficios, cuándo están indicadas y cómo aplicar frío y calor en una lesión. También te hemos contado qué precauciones debemos tener en cuenta para aplicar ambas terapias de forma segura, especialmente si sufrimos algunas patologías previas como dolencias vasculares. Como regla general, la crioterapia es muy beneficiosa para el cuerpo si nos hemos lesionado y se aconseja en caso de lesiones recientes y tras la actividad física intensiva, mientras que el calor está indicado en caso de lesiones crónicas y musculares y antes de practicar deporte. En ambos casos podremos aplicarnos un pack de frío o calor para enfriar o calentar la zona, así como otras prácticas soluciones. Evidentemente, siempre es mejor prevenir que curar, pero si hay que curar ¿mejor saber cómo hacerlo y actuar cuanto antes, no crees?
Fuentes:
Información y estudios internos de Farmalastic
Romero, Ismael. Fisioonline. (25.06.2015) 7 razones por las que usar hielo en consulta para reducir la inflamación. Recuperado de https://www.fisioterapia-online.com/articulos/7-razones-por-las-que-usar-hielo-en-consulta-para-reducir-la-inflamacion
*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.
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