A menudo, relacionamos la aparición de un cardenal con haber sufrido un traumatismo o impacto en una parte concreta del cuerpo.
Sin embargo, a veces podemos observar moretones sin golpe en brazos, piernas u otras zonas y que sean igual de aparatosos. En estos casos, ¿a qué se deben los cardenales?, ¿pueden aparecer hematomas por mala circulación o qué otras causas pueden producirlos? En este artículo te explicaremos por qué salen moratones sin golpes, qué es un hematoma y cómo acelerar el proceso para que desaparezcan.
Tabla de contenidos
¿Qué es un hematoma y dónde puede aparecer?
Un hematoma es una decoloración cutánea que aparece cuando se rompen pequeños vasos sanguíneos y su contenido se filtra al tejido blando de debajo de la piel. La sangre se acumula y si no puede salir al exterior porque no hay ningún corte, provoca que la piel adquiera varias tonalidades: morado-rojizo inicialmente, azul-violeta a medida que la sangre se va reabsorbiendo, verde, y finalmente, amarillo, hasta desaparecer completamente. La intensidad y la tonalidad dependen de factores como la gravedad del golpe (en caso de que se deba a un impacto), su ubicación y el color de la piel; en consecuencia, un cardenal puede durar días, semanas o incluso meses.
Los hematomas pueden producirse en cualquier parte del cuerpo, aunque los moretones en las piernas suelen ser más frecuentes, especialmente en niños. También es habitual la aparición de una uña negra u onicocriptosis en el dedo gordo del pie, sobre todo en aficionados a la carrera y al senderismo. Esta afección se debe a un hematoma subungueal (es decir, a una acumulación de sangre debajo de la uña), que es la que provoca el color rojo, púrpura o negro de la uña. La onicocriptosis se produce por un microtraumatismo repetido en la zona frontal de los dedos, puesto que al correr o practicar senderismo los dedos de los pies chocan continuamente con la zapatilla, ocasionando que, a la larga, se desarrolle este hematoma subungueal. Ciertas personas a veces también presentan una uña morada sin golpe debido, en muchos casos, a problemas circulatorios.
Tipos de hematomas
Existen tres clases de hematomas según dónde estén localizados:
- hematoma subcutáneo: ubicado debajo de la piel
- hematoma intramuscular: situado dentro del músculo
- hematoma perióstico: localizado en el hueso; este tipo suele ser el más grave y doloroso
Causas de los hematomas sin golpes
Los hematomas pueden aparecer por distintas causas. La más habitual es haber recibido un golpe o impacto en una zona concreta del cuerpo, aunque también pueden producirse sin ningún traumatismo. En estos casos, los motivos más habituales por los que los capilares (estructuras que conectan las arteriolas —arteria pequeña—con las vénulas —vena pequeña— para formar una red de vasos sanguíneos por todo el cuerpo) se rompen y provocan cardenales son:
- mala circulación: aunque los síntomas más habituales de deficiencias circulatorias son el dolor y pesadez de piernas y la aparición de varices, una mala circulación también puede causar hematomas en las extremidades inferiores, además de picores, otras molestias y manchas en la piel
- trastornos genéticos: ciertas dolencias hereditarias pueden provocar alteraciones en la estructura de los vasos sanguíneos (por ejemplo, alteraciones del colágeno, que es una proteína encargada de mantener unidas las diferentes estructuras del organismo), hecho que puede volverlos más frágiles. Personas con problemas de coagulación hereditarios (como la hemofilia) o adquiridos también tienen más riesgo de desarrollar hematomas
- edad: las personas mayores suelen tener más cardenales sin haber recibido ningún golpe porque sus capilares son más frágiles; de este modo, un leve contacto o presión sobre la piel puede ocasionar un hematoma
- exposición solar: una exposición prolongada y repetida al sol puede provocar la aparición de moratones
- toma de ciertos fármacos: algunos medicamentos como la cortisona pueden debilitar los capilares. Igualmente, los fármacos que interfieren en la coagulación de la sangre (provocando más sangrado en la piel o en los tejidos) también aumentan el riesgo de que aparezcan hematomas; nos referimos a medicamentos antiinflamatorios no esteroides como el ibuprofeno, anticoagulantes como la aspirina, la wafarina o la heparina
- plaquetas bajas: también llamadas trombocitos, las plaquetas son pequeños fragmentos celulares fundamentales para la coagulación normal de la sangre cuando se produce una herida, ya que se encargan de cerrar los vasos sanguíneos para reducir y detener el sangrado. Una de las causas de bajos niveles de plaquetas es la púrpura trombocitopénica, un trastorno en el cual el sistema inmunitario destruye las propias plaquetas mediante anticuerpos antiplaquetarios
- práctica de actividad física de alta intensidad: realizar ejercicio intenso puede favorecer la aparición de moratones en diversas partes del cuerpo
- alteraciones hormonales: las variaciones en los niveles de estrógenos y progesterona durante el ciclo menstrual provocan que algunas mujeres tengan más facilidad de desarrollar cardenales en los brazos o piernas. Igualmente, las mujeres embarazadas también pueden ser más propensas a sufrir moratones debido a la trombopenia gestacional, en la cual el número de plaquetas disminuye durante la gestación
¿Qué hacer si sufrimos morados frecuentes sin golpe?
Tal como hemos comentado anteriormente, los cardenales pueden durar varios días, semanas o incluso meses (situación más infrecuente), pero suelen desaparecer de forma espontánea al cabo de una o dos semanas sin necesidad de aplicar ningún tratamiento. Sin embargo, podemos aplicar algunas medidas para acelerar el proceso y evitar que vuelvan a formarse, tales como:
- usar pomadas: ciertas cremas facilitan la reabsorción de hematomas; basta con aplicar una fina capa sobre el cardenal
- aplicar hielo: en los primeros días es recomendable aplicar hielo sobre el morado (nunca directamente, sino envuelto con un paño) para intentar evitar o rebajar la inflamación y contribuir a que desaparezca
- colocar paños tibios: al cabo de 48 o 72 horas tras la aparición del hematoma, si aplicamos paños tibios aumentaremos el flujo sanguíneo hacia el tejido dañado y aceleraremos así su recuperación
- favorecer una correcta circulación sanguínea: para ayudar a que el sistema circulatorio funcione de manera adecuada y haya un buen retorno venoso, podemos poner en práctica varias medidas, como practicar actividad física de forma regular (por ejemplo, haciendo ejercicios específicos o andando, usar medias terapéuticas, realizar masajes para estimular una correcta circulación de piernas con geles fríos y poner mucha atención a la dieta, entre otras acciones.
Fuentes:
Medline Plus. Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU. Hematoma. Recuperado de https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/007213.htm
Imágenes:
Medline Plus. Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU. Hematoma. Recuperado de https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/007213.htm
*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.
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