Se trata de una articulación que utilizamos continuamente y, si nos lesionamos, nuestra vida cotidiana se ve seriamente limitada. Entre las principales lesiones del hombro, destacan la bursitis, la tendinitis, las calcificaciones o la capsulitis adhesiva, más comúnmente llamada “hombro rígido o congelado”, y el hombro dislocado o luxado. En este artículo nos centraremos en esta última dolencia, analizaremos sus causas y síntomas y veremos qué tratamientos debemos seguir para recuperarnos cuanto antes y volver a la normalidad.
Tabla de contenidos
Definición
Empecemos por definir qué significa “dislocar un hombro”, ya que a veces también podemos haber oído las expresiones “luxar” o “subluxar”. Cuando dos huesos se luxan o dislocan significa que se salen de su posición anatómica, de su lugar natural; si lo hacen parcialmente se habla de subluxación, mientras que si lo hacen totalmente el término adecuado es luxación o dislocación. Cuando se disloca el hombro, la cabeza del húmero se sale de la cavidad donde va encajada en el omóplato o escápula. Además de esta dislocación, en este tipo de lesión también se pueden dañar los músculos, desgarrar los ligamentos y comprimir los nervios y vasos sanguíneos de la zona.
Factores de riesgo
De todas las articulaciones del cuerpo, el hombro es la que se luxa con más frecuencia. Tiene una prevalencia importante sobre todo en hombres de entre 15 y 40 años. Sin embargo, ciertos grupos de población tienen mayor riesgo de padecerla; nos referimos a los siguientes:
- deportistas: las personas que hacen actividad física de forma habitual tienen más probabilidad de sufrir una dislocación de hombro, especialmente si practican deportes de contacto (rugby, artes marciales, baloncesto, hockey sobre hielo, etc.)
- personas con hiperlaxitud ligamentosa (es decir, con una mayor elasticidad de los ligamentos, hecho que permite que las articulaciones realicen un movimiento más amplio de lo habitual): como es más fácil que el hombro realice posiciones anómalas, es más fácil que se salga de lugar
- mujeres embarazadas: durante la gestación, el organismo produce hormonas como la relaxina y la progesterona que aumentan la elasticidad de los ligamentos y de los tejidos conectivos y, con ello, el riesgo de lesiones articulares.

Síntomas del hombro dislocado
Los síntomas de un hombro luxado o dislocado son muy evidentes, ya que a simple vista la articulación se ve fuera de lugar o con una apariencia anormal. Además, la dislocación de hombro suele ir acompañada de los siguientes síntomas:
- Inflamación y/o enrojecimiento del área que rodea el hombro
- Dolor intenso
- Hematomas
- Hinchazón
- Pérdida de sensibilidad en la zona afectada
- Entumecimiento del músculo deltoides, que recubre esta articulación
- Incapacidad de mover el brazo separándolo del tronco.
Causas principales del hombro dislocado
Los motivos más frecuentes por los que esta articulación se puede luxar o dislocar incluyen:
- Traumatismo repentino: cuando una fuerza intensa tira, empuja o gira el hombro, este se puede salir de su cavidad natural y dislocarse (como, por ejemplo, tras un accidente de tráfico)
- Caída: el impacto contra el suelo puede provocar que el hombro se salga de lugar
- Lesión deportivas: los deportes de contacto, en los que el hombro impacta con el de otros jugadores (por ejemplo, en el bloqueo en un lanzamiento de baloncesto), a menudo provocan dislocaciones de esta articulación
- Debilidad de los tejidos: aunque en la mayoría de las ocasiones la luxación de hombro es consecuencia de un trauma, si los tejidos que rodean a la articulación son débiles también pueden provocar que el hueso se salga de su posición anatómica.
Diagnóstico de una dislocación de hombro
Para diagnosticar una luxación de hombro el médico se basará en la exploración física (como hemos comentado anteriormente, a menudo es visible a simple vista, aunque en caso de subluxación no siempre es tan evidente) y la sintomatología del paciente. También es muy probable que solicite pruebas de imagen como una radiografía para confirmar la lesión y poder observar con más exactitud el área afectada.
Tratamientos para las luxaciones de hombro
El tratamiento conservador de una luxación de hombro (es decir, aquel orientado a mejorar los síntomas) se compone de varias fases; a continuación, las examinaremos:
- fase inicial de reposo: en una primera fase, cuando el dolor sea más agudo, se recomienda hacer reposo (relativo), aplicar frío al hombro y seguir una pauta analgésica y antiinflamatoria (siempre, bajo prescripción médica) para aliviar el dolor y reducir la hinchazón
- fase de recuperación de la movilidad y del tono muscular: después de haber hecho unas semanas de reposo, empezaremos a movilizar la articulación para evitar la atrofia muscular y recuperar la movilidad. Para ello, seguiremos un plan de ejercicios de fisioterapia y rehabilitación y realizaremos estiramientos y automasajes
- fase de recuperación de la actividad habitual: tras haber concluido la fase de rehabilitación, podremos volver a nuestra vida cotidiana con prudencia y tratando de no forzar el hombro en exceso para evitar recaídas.
Para hacernos una idea del tiempo de recuperación necesario, debemos considerar que para conducir con normalidad podemos necesitar de 4 a 6 semanas, mientras que para retomar actividades más exigentes como la práctica de deporte (especialmente, los de contacto) pueden hacer falta unos dos meses y medio.
En los casos de luxación de hombro severa en los que el paciente no mejore y continúe con mucho dolor y limitación de la movilidad, puede ser necesario recurrir a una intervención quirúrgica.
¿Cómo prevenir una dislocación de hombro?
Prevenir una luxación de hombro es complicado, sobre todo porque, en la mayoría de los casos, suele ser consecuencia de un traumatismo y este no puede preverse. En otros casos, si la causa de la dislocación es consecuencia de la debilidad de los músculos y tejidos del hombro, podemos intentar fortalecerlos y mejorar la movilidad con ejercicios específicos. Además de ello, para prevenir una luxación de hombro también es aconsejable:
- proteger la articulación con productos específicos para el hombro, sobre todo si realizaremos movimientos que lo sobrecarguen o lo sometan a un estrés excesivo
- limitar la práctica de deportes de impacto y calentar bien la musculatura antes y después de empezar la actividad física: si sentimos el hombro inestable, lo mejor es no forzar y disminuir o no practicar deportes de impacto. En caso de practicar actividad física, deberemos estirar siempre antes y después para evitar lesionarnos y proteger la musculatura
- dar un descanso adecuado a la articulación: dejar descansar el hombro y no sobrecargarlo es fundamental tras practicar actividad física, sobre todo si ya hemos sufrido una lesión anterior.
A modo de conclusión, en este artículo te hemos explicado qué es una luxación de hombro, qué síntomas causas, por qué se produce y qué personas tienen más riesgo de padecerla. También te hemos contado cuál es su tratamiento y te hemos dado algunas recomendaciones para intentar evitar que se produzca. Aunque hay elementos que se escapan de nuestro control (accidentes, golpes y caídas), lo cierto es que podemos poner en práctica algunas sencillas acciones para reducir las probabilidades de sufrir una dislocación y cuidar nuestras articulaciones. Así que, si ser proactivos puede evitarnos una lesión, ¿por qué no serlo?
Fuentes:
Fisioonline. (08.02.2020) Luxación de hombro: qué es, causas, síntomas, tratamiento y consejos Recuperado de Luxación de hombro: Qué es, causas, síntomas, tratamiento y consejos | FisioOnline
Sánchez Navas, Luis. Blog de Quirónsalud. (24.06.2021) Luxación de hombro, el mejor tratamiento y su recuperación. Recuperado de Luxación de hombro, el mejor tratamiento y su recuperación | Blogs Quirónsalud
Imágenes:
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