La importancia de las fajas postoperatorias

¿SABÍAS QUÉ?
Por Equipo Farmalastic
Tras una intervención quirúrgica, un buen postoperatorio hará que la herida pueda cicatrizar correctamente y podamos recuperarnos cuanto antes de la cirugía.

En caso de una operación abdominal o gastrointestinal, usar fajas postoperatorias contribuirá a este proceso de recuperación, además de adoptar las otras medidas que nos haya indicado el médico. En este artículo te contaremos cuándo es necesario llevar una faja postquirúrgica, qué tipos hay, cómo se colocan y cuánto tiempo debemos llevarlas en cada caso.

¿Cuándo es necesario llevar una faja postoperatoria? 

Como su nombre indica, las fajas postoperatorias están indicadas tras intervenciones quirúrgicas de distinta naturaleza, como apendicetomías, operaciones relacionadas con los intestinos, el aparato reproductor, la urología y las cesáreas, entre otras; todas ellas debilitan la pared abdominal y pueden causar dolor.

En caso de cirugías abdominales y gastrointestinales, las fajas abdominales postoperatorias promueven la recuperación, disminuyen las molestias e incrementan la movilidad del paciente. Además, aportan soporte abdominal y ayudan a contener pequeñas eventraciones. Igualmente, las fajas lumbosacras  y lumboabdominales (es decir, las que cubren la región lumbar y el hueso sacro y las que rodean el abdomen y la zona lumbar, respectivamente) también están indicadas en la contención posquirúrgica, dado que protegen estas áreas y proporcionan estabilidad y sujeción.

En caso de haber dado a luz, las fajas postparto ofrecen un excelente soporte a la musculatura abdominal, ya que la contraen y ayudan a que se fortalezca de nuevo, y disminuyen las molestias. Después del embarazo y el parto, los músculos del abdomen pueden haberse debilitado y separado en exceso a causa del crecimiento del bebé (la llamada diástasis abdominal) y las fajas ayudan a que estos músculos se tonifiquen y vuelvan a contraerse. En concreto, las fajas postparto tubulares (cerradas) son recomendables después de un parto vaginal, puesto que no oprimen la entrepierna ni generan demasiado calor (recordemos que el exceso de temperatura y sudoración es contraproducente en caso de haber recibido puntos por un desgarro o episiotomía). En cambio, en caso de parto por cesárea se puede usar una faja abdominal abierta, que ayudará a reducir los dolores postparto, facilitará una correcta postura de la columna vertebral, contribuirá a que el útero vuelva a su posición fisiológica y proporcionará soporte tanto a la zona abdominal como lumbar. Además de usar una faja, realizar ejercicios de postparto, mantenerse activo y seguir una dieta saludable contribuirá a la recuperación durante el puerperio.

Las fajas para la abdominoplastía (operación en que se remodela la pared abdominal y la cintura eliminando el exceso de piel y grasa localizadas en el abdomen) también ayudan a mantener el cuerpo recto y disminuyen el dolor de la cirugía. Si hemos sido sometidos a un estoma (abertura creada quirúrgicamente entre los intestinos y la pared abdominal) el uso de una faja para ostomía permitirá contener la zona abdominal y cubrir la bolsa del estoma.

¿Cómo poner una faja postoperatoria y cuánto tiempo llevarla? 

Ahora que ya sabemos qué sabemos qué son y para qué se utilizan, veamos los dos tipos de fajas abdominales postoperatorias que existen: las fajas abiertas y las cerradas y cómo se colocan:

Fajas abiertas: 

  1. En primer lugar, hay que abrir el velcro y colocar la faja. La parte acolchada debe quedar en la zona abdominal.
  2. Posteriormente, cerraremos el velcro según la compresión abdominal que queramos conseguir. Si la apretamos demasiado, puede provocar intolerancia, de modo que lo mejor es regular la compresión hasta un grado firme, pero cómodo.

Faja abierta

Fajas cerradas:

  1. En primer lugar, debemos introducir la faja por una pierna y luego por la otra.
  2. Seguidamente, subimos la faja hasta colocarla alrededor de la región lumbar.

Faja cerrada

En relación a cuánto tiempo se usa la faja postoperatoria, depende de cada tipo de intervención: no es lo mismo una intervención en el abdomen para tratar una hernia, que una cesárea o una ostomía. El médico nos indicará cuándo podremos empezar a usarla y durante cuánto tiempo deberemos llevarla.

En el caso de las fajas postparto, habrá que esperar cuarenta días para poder utilizarla; pasado este periodo, la herida quirúrgica de una cesárea ya suele estar bastante bien cicatrizada y la musculatura y los órganos abdominales ya han vuelto a su posición anatómica tras un parto vaginal. Sin embargo, será el ginecólogo/matrona quién tenga la última palabra sobre cuándo una mujer que ha dado a luz puede empezar a usar la faja.

Otra duda que surge a menudo sobre el uso de estas prendas es si se puede dormir con una faja postoperatoria o es mejor no hacerlo. Por norma general, las fajas no deben usarse de manera continua, sino entre cuatro y seis horas al día (ocho como máximo, si no causan molestias). Esto se debe a que el cuerpo necesita descansar de la compresión que genera la faja y la piel necesita respirar. Además, el uso continuado de estos productos podría provocar algunos problemas de salud, como debilidad muscular en la pared abdominal y en la espalda, limitar el sistema linfático, reducir la capacidad pulmonar, favorecer el reflujo gastroesofágico o causar bloqueos en el tracto digestivo, entre otros.
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Mantenimiento de las fajas postquirúrjicas

Tal como haríamos con cualquier prenda de ropa, es importante prestar atención al cuidado y mantenimiento de las fajas postoperatorias para que nos duren, no se estropeen antes de tiempo y cumplan con su función terapéutica. A continuación siguen algunos consejos de mantenimiento:

  • antes de lavar, pegar los velcros
  • lavar periódicamente a mano con agua tibia y jabón neutro, a máximo 30º 
  • no utilizar lejía. Si la faja no está bien aclarada y escurrida, los residuos de detergente pueden irritar la piel y deteriorar el producto
  • absorber el exceso de humedad con una toalla seca y dejar secar a temperatura ambiente, nunca directamente al sol
  • no tender, planchar ni exponer a fuentes de calor directas como estufas, calefactores o radiadores
  • no lavar en seco, ni utilizar secadora
  • no usar cremas de forma continuada mientras se utiliza la faja, ya que disminuiría su vida útil

En resumen, en este artículo te hemos informado sobre las fajas postoperatorias (qué son, cuándo están indicadas, qué tipos hay y cuánto tiempo hay que llevarlas) para que, si has sido sometido a una operación quirúrgica recientemente, sepas cuál es la más indicada en tu caso. También te hemos aclarado algunas dudas habituales sobre estos productos, como si también pueden usarse por la noche o qué mantenimiento hay que hacer de ellas, de modo que ahora ya dispones de toda la información para saber cuál necesitas y cómo debes usarla para recuperarte cuanto antes y poder volver a tu vida diaria. ¡Que nada te detenga!

Fuentes:  

Clínica Universidad de Navarra. Parestesias. Recuperado de https://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/parestesias 

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*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.

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