El verano es la época del año en que solemos aprovechar nuestras vacaciones para realizar viajes largos, ya sea en coche, avión, tren, autobús o barco. A menudo, estos desplazamientos implican pasar muchas horas sentados y prácticamente sin movernos. Si, además, sufrimos Insuficiencia Venosa Crónica, esta situación de inmovilidad puede agudizar los problemas circulatorios de esta patología; de ahí, la importancia de tomar medidas para que el problema no se acentúe mientras viajamos y podamos llegar descansados a nuestro destino.
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Consecuencias de la inmovilidad en el sistema circulatorio
Pero ¿qué pasa en el sistema circulatorio sanguíneo y, más concretamente en las piernas, cuando estamos mucho tiempo sin movernos? Las situaciones prolongadas de inactividad física (nos referimos a periodos de tiempo superiores a 4 horas) provocan que no haya un buen retorno venoso y la sangre se estanque en las extremidades inferiores, causando hinchazón, pesadez y dolor en las piernas, entre otros.
Consejos para favorecer la circulación mientras viajamos
Durante los largos viajes es complicado movernos, estirarnos y cambiar de postura, hecho que puede traducirse en incomodidad, entumecimiento y cansancio muscular. Sin embargo, sí que puedes poner en práctica algunas recomendaciones generales para activar la circulación sanguínea mientras permaneces sentado varias horas, como:
- Evita cruzar las piernas: es preferible mantenerlas separadas y en un ángulo de 90 grados para no dificultar la circulación.
- Usa un reposapiés para elevar ligeramente las piernas: te ayudará a mejorar el retorno venoso.
Puedes realizar giros con los tobillos en ambas direcciones y estirar las piernas para movilizarlas y activar el riego sanguíneo. - Usa calcetines de compresión, más ligeros que las medias y esenciales para tratar la IVC: estas soluciones son muy eficaces, ya que la compresión de los calcetines permite que las paredes de las venas se aproximen y la sangre ascienda correctamente.
- Hidrátate a menudo: bebe agua regularmente para hidratar tu cuerpo.
- Reduce el consumo de sal para retener menos líquidos, así como el de bebidas gaseosas, grasas saturadas y embutidos: evita consumir patatas fritas, aceitunas y otros snacks mientras viajas y permaneces mucho tiempo sentado. Un zumo de tomate o frutos secos pueden ser una buena alternativa. Las nueces, por ejemplo, son una buena opción, ya que además de ser ricas en omega 3 y en vitamina B, reducen la inflamación del sistema circulatorio y favorecen el retorno venoso.
- Evita fuentes de calor directas en las piernas.
- Utiliza ropa holgada y un calzado ancho y cómodo, evitando, a ser posible los tacones.
Consejos específicos en función del medio de transporte
Además de aplicar las medidas que te acabamos de contar, en base al medio de transporte con el cual viajes, puedes seguir consejos específicos para mejorar aún más el flujo sanguíneo:
- Si viajas en coche: deberás realizar paradas cada 2 horas para estirar las piernas durante 15 minutos y realizar ejercicios de pie. También es altamente recomendable que los hagas si viajas en autobús. Aquí te sugerimos algunos:
- Si viajas en avión, tren o barco: deberás procurar levantarte cada cierto tiempo para dar paseos y activar la circulación sanguínea, así como realizar ejercicios de flexoextensión de los pies cada 2 horas durante 5-10 minutos. También puedes poner en práctica los siguientes ejercicios para movilizar las extremidades inferiores:
Cuando llegues a tu destino, te vendrá bien una ducha para activar el riego sanguíneo, aplicando agua fría a las pantorrillas al finalizar en sentido ascendente para aliviar la sensación de pesadez y cansancio. También es muy aconsejable que te des masajes en las piernas con geles fríos, desde el pie a la rodilla, y uses medias compresivas si sufres de mala circulación venosa.
Finalmente, ahora que tendrás más espacio y podrás moverte más cómodamente, te recomendamos hacer ejercicios tumbado para aliviar las molestias de la IVC (es importante que la superficie sea firme; puedes colocar una toalla en el suelo si no dispones de una esterilla), tal como te mostramos a continuación:
Resumiendo, los viajes en verano pueden ser largos, pesados y pasar factura a nuestra circulación y a nuestras piernas, especialmente si sufrimos IVC. Para evitarlo, viajes en coche, tren, avión, autobús o barco, es esencial que sigas unos consejos antes, durante y después del viaje. Así, antes de empezar, deberás escoger ropa y calzado cómodo, usar calcetines de compresión y sentarte correctamente; durante el trayecto debes procurar levantarte cada cierto tiempo, realizar ejercicios para movilizar tobillos, piernas y pies, hidratarte bien y evitar alimentos ricos en sal, bebidas gaseosas, grasas saturadas y embutidos. Una vez llegues a tu destino, puedes darte una ducha fría, hacerte masajes en las piernas de forma ascendente con geles fríos y realizar ejercicios tumbado en el suelo. Si pones en práctica todos estos consejos, seguro que llegas descansado a tu destino y con energía para empezar las vacaciones con buen pie. ¿Ya tienes las maletas preparadas?
Fuentes:
Información y estudios internos de Farmalastic
Imágenes:
Información y estudios internos de Farmalastic
*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o Farmacéutico.
