Lesiones ligamentosas – esguinces

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Qué son las lesiones ligamentosas – esguinces

Un esguince es una lesión de los ligamentos, las bandas duras de tejido fibroso que conectan los huesos entre sí en las articulaciones y les dan estabilidad. Habitualmente se produce al forzarse la articulación a una posición antinatural, por una caída, torcedura o golpe. Genera dolor, inestabilidad, frecuente inflamación y dificulta o incluso impide el movimiento en la articulación afectada.

tipos:

El más habitual es el esguince de tobillo:

Tobillo: en casi todos los casos afecta a los ligamentos laterales externos. Es mucho menos frecuente el que afecta a los ligamentos internos, o el combinado de internos y externos.

Muñeca: el más habitual es el del ligamento escafo-semilunar.

Dedos: puede ocurrir tanto en los dedos de la mano como en los dedos del pie. En los dedos de la mano normalmente está relacionado con el ámbito deportivo. Mientras que en los dedos del pie puede ocurrir tanto en el ámbito doméstico como laboral o deportivo.

Rodilla: es muy frecuente el de ligamento cruzado anterior y ligamento lateral interno.

Clínicamente se clasifican:

Grado I: Estiramiento sin ruptura. Cursa con dolor moderado, con pérdida muy leve de la función articular, poca o nula inflamación y algo de alteración en la sensibilidad local con movilidad normal en la exploración.

Grado II: Ruptura parcial. Produce dolor con pérdida de función, inestabilidad articular e inflamación.

Grado III: Ruptura total Es muy doloroso y se presenta con gran inestabilidad e inflamación.

Algunos datos sobre la prevalencia de esta patología

El 12% de las lesiones atendidas en los Servicios de Urgencias son esguinces de tobillo.

El esguince de tobillo es la lesión deportiva más frecuente: 20-30% de los casos.

Cada año 1 de cada 3.000 personas sufren una rotura de ligamentos.

Anualmente en España se realizan aproximadamente 17.000 cirugías de ligamentos.

El 50% de las lesiones se produce en personas jóvenes entre los 15 y 25 años de edad.

Factores predisponentes para sufrir esta patología

Edad: con los años se incrementa la pérdida de masa muscular, resistencia ósea y la rigidez de la articulación y el riesgo de lesionarla. La pérdida de visión y equilibrio también incrementan el riesgo de caídas.

Sobrepeso: especialmente en rodillas y tobillos favorece que se produzcan lesiones ligamentosas.

Intensidad y velocidad de la actividad deportiva: especialmente en el fútbol y el baloncesto para el esguince de tobillo o rodilla, el esquí para el de pulgar, deportes de contacto, con raquetas, sticks o palos en el esguince de dedos, etc.

Tras periodos vacacionales o tras larga inactividad deportiva: la falta de actividad física incrementa la rigidez de la articulación, haciéndola más vulnerables. Por el contrario, el ejercicio físico fortalece y hace más resistentes las articulaciones.

Valgo funcional: para el esguince de rodilla.